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El arte gótico se caracteriza por la verticalidad y la luz, que es el reflejo de la divinidad. Su expresión más típica es la catedral, edificio urbano, en la que encontramos todos los elementos del arte gótico. En estas construcciones predominan las plantas de cruz latina en las que se distingue: la cabecera, el crucero y las naves, de tres a cinco. La cabecera tiene girola y capillas radiales y la nave central y el crucero son más anchos y altos que las laterales. Las capillas, los ábsides y las girolas dejan de ser semicirculares para hacerse poligonales. Arte Gótico. Arquitectura. Los cambios constructivos más importantes se manifiestan en la bóveda de crucería y el arbotante. La bóveda de crucería, derivada de la de arista, consigue localizar sus empujes sobre cuatro puntos de arranque lo que permite cubrir todo tipo de espacios. El arbotante por su parte es una especie de puente que transmite las presiones desde el arranque de las bóvedas altas hasta los ligeros contrafuertes del exterior, permitiendo así abrir mayores vanos en la fábrica del edificio. Utiliza también un nuevo tipo de arco ojival, apuntado. Gracias a su verticalidad, permite elevar la altura del edificio. Con estos tres elementos los arquitectos góticos revolucionan la construcción. Lograron muros diáfanos que se recubrne con vidrieras. Los rosetones son el marco privilegiado de las vidrieras de colores. Las vidrieras se organizan en tracerías. Cada vidriera posee un armazón de hierro y un emplomado. Al existir mayor espacio libre de piedra, las ventanas adquieren gran importancia y en el interior de los vanos se aprecian tracerías caladas que se rellenan con vidrieras policromadas. Aparece el pilar fasciculado, que tiene el fuste formado por varias columnillas delgadas, también llamadas baquetones. La portada se revaloriza. En ella se colocan las torres y las puertas. La fachada típica tiene forma de H. Está formada por dos torres cuadradas, rematadas con un elemento piramidal. Poseen tres niveles: la portada de entrada, los ventanales y el rosetón.Las puertas de acceso al templo suelen colocarse en los brazos y pies de la cruz, continuando con el abocinamiento románico solo que ahora los arcos son apuntados. Los tímpanos continúan siendo decorados pero ahora se distribuyen las figuras en zonas horizontales mientras las figuras de las arquivoltas se disponen en el sentido de la curva. La forma apuntada de la portada suele completarse con el gablete o moldura angular que la corona. Sobre la portada encontramos el rosetón que aporta iluminación y cromatismo al interior del templo. En el alzado de la catedral se distinguen tres partes: la arquería, el triforio y el claristorio o ventanales. Además de las catedrales, otras construcciones que adquieren importancia son los edificios civiles. Se levantan ayuntamientos y lonjas, sin dejar de construirse castillos y fortificaciones militares. Arquitectura Gótica en Europa Francia es la cuna del gótico. En la fase protogótica nos encontramos edificios cistercienses como la abadía de San Denis, y Notre-Dame de París. Ya en el período clásico destacan las catedrales reales, Reims, Amiens y Chartres. Y en el período manierista destaca la Santa Capilla de París y la catedral de Rouen. En Inglaterra el gótico presenta tres etapas: el estilo primitivo, con catedral de Canterbury, el estilo decorativo, con la catedral de York y el estilo perpendicular, con catedral de Westminster. En Italia lo característico fue la arquitectura civil. Destacan el Ayuntamiento de Perusa, la cartuja de Pavía y el Palacio Ducal Casa del Oro en Venecia. En España el gótico tiene dos ámbitos fundamentales, el camino de Santiago y las ciudades comerciales de la Corona de Aragón. Se comienzan a construir las catedrales de Zamora, Salamanca, Tarragona y Lérida. En su segunda etapa, en el siglo XII, las catedrales más importantes son las de León, Burgos y Toledo. Es la etapa del gótico pleno. La tercera etapa, en el siglo XIV. Se acaban las catedrales de Palma de Mallorca, Santa María del Mar (Barcelona) y Gerona. Son templos más austeros, la nave central es más ancha y las laterales son más altas. Arquitectura Gótica. Las lonjas. En el siglo XV aparece el gótico flamígero, que en Castilla se denomina isabelino. En Castilla aparecen dos escuelas: la de Toledo y la de Burgos. En esta época la decoración se desborda, las plantas tienden a ser cuadradas de una sola nave y los soportes más delgados. El coro se desplaza a los pies y en alto. Destacamos las Lonjas de Palma de Mallorca y Valencia. En Portugal el gótico llega a través de España: convento de Batalha y el monasterio de Alcobaça. En los siglos XV y XVI se desarrolla el original estilo manuelino con el monasterio de Belem.
Bóveda gótica. San Juan (Świętej Janów) Torún
Bóveda gótica. San Juan (Świętej Janów) Torún
Representacion Gotica de la adoracion de los magos en la catedral de estrasburgo
Representacion Gotica de la adoracion de los magos en la catedral de estrasburgo
Planta de la catedral de Chartres.
Planta de la catedral de Chartres.
Vitrales Goticos,coro superior de la basilica de Sain Denis
Vitrales Goticos,coro superior de la basilica de Sain Denis

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Baiona, el puerto del norte

En torno al puerto. Sus orígenes romanos y occitanos aún resuenan por sus callejas y cuestas empedradas y resbaladizas, que constituyen el marco ideal para el paseo. La historia de la ciudad ha estado desde siempre ligada a la actividad marítima, especialmente desde que se estabilizó la desembocadura del Adour. Hoy, Baiona acoge a 41.000 habitantes que inundan las calles a la mínima ocasión para la fiesta.
Baiona Handia. Es el casco antiguo de la ciudad, organizado en torno a la catedral de Santa María, un edificio gótico con altas y esbeltas torres que se pueden ver desde la lejanía. Su claustro medieval es una auténtica joya gótica, lugar de recogimiento y también un cementerio hasta la Revolución Francesa, por lo que se pueden apreciar en su interior interesantes estelas funerarias. Alrededor del templo se extienden calles con nombres evocadores como la peatonal Port Neuf, antiguo canal y sede de las más famosas chocolaterías de la ciudad. Junto a ella se extienden otras muchas callejuelas cerradas al tráfico y jalonadas por hermosas casas tradicionales y tiendas de todo tipo. Un paseo por la zona nunca estaría completo sin visitar la calle des Faures, que debe su nombre a los artesanos que realizaban en ella su trabajo, ni la plaza Montaut, repleta de tiendas de anticuarios. El Castillo Viejo, construido en el siglo XV y utilizado durante años como prisión, y las siete puertas abiertas en la muralla ponen la nota defensiva a la visita.
Baiona Ttipia. En la orilla opuesta del Errobi se recuesta este barrio popular donde se suceden estrechas callejuelas medievales. La abundancia de tabernas y el bullicio callejero convierten este sorprendente vecindario en un enclave más propio de Pamplona que de las ciudades de Iparralde. El trinquete Saint-André, oculto en un callejón de la calle Pannecau es uno de los rincones más entrañables que pueden visitarse en este barrio, donde también se halla enclavado el museo de arte moderno Bonnat. En sus salas se guardan más de cinco mil obras entre esculturas y pinturas, aunque el reducido espacio impide exponerlas todas. A escasa distancia, el Museo Vasco cuenta con veinte interesantes salas que recorren todos los aspectos etnográficos de Iparralde. Tras una ambiciosa restauración llevada a cabo en 2001, la galería cuenta también con un apartado sobre la historia de Baiona y su puerto.
Saint-Esprit. El tercero de los barrios de Baiona, el menos visitado por los turistas, es el de Saint-Esprit, situado en la orilla opuesta del Adour. Aquí se encuentra la estación de ferrocarril, centro neurálgico de una zona profundamente marcada por la Revolución Industrial y por la condición humilde de las familias que la han habitado desde siempre.
Baiona verde. Baiona cuenta con amplias zonas verdes, ideales para el esparcimiento de vecinos y visitantes. El Jardín Botánico situado junto a la catedral es un hermoso parque, al igual que el de Caradoc, en el barrio de Saint-Esprit. Pero ninguno de ellos alcanza el encanto del humedal de Ilbaritz, una amplia zona húmeda repleta de vida y surcada por innumerables arroyos y canales. Aquí, gracias a un sendero de casi dos kilómetros de longitud, podemos descubrir un ecosistema único y aprender con los numerosos paneles explicativos. Para llegar hay que buscar el barrio de Beyris, a la entrada de la vecina Anglet.
En bicicleta río arriba. Hubo un tiempo, no muy lejano, en que el Adour y sus afluentes constituían una vital vía de comunicación entre el Atlántico y las comarcas del interior. El Nive, que vierte sus aguas al Adour en la propia Baiona, no fue una excepción. La navegación se llevaba a cabo durante las horas de la pleamar, gracias a parejas de bueyes que tiraban de las barcazas desde la orilla. Con ese fin fueron creados anchos caminos de sirga que hoy constituyen perfectas vías para la práctica del cicloturismo. Una de ellas une Baiona con Ustaritz a través de una extensa llanura cubierta de cultivos de maíz y surcada por las apacibles aguas del Nive. La vieja sirga nace junto a las instalaciones del Aviron Bayonnais y remonta el río durante 15 Km. El desnivel es inexistente, por lo que la excursión es ideal para ser realizada en familia. Los menos deportistas también pueden disfrutar del cauce del Adour en alguna de las txalupas tradicionales que organizan paseos por el río. Algunos remontan la corriente hasta Urt, donde se conserva un interesante puerto fluvial.

Roncesvalles, arte en la montaña

Real Colegiata. Como si se tratase de una réplica a escala de Notre Dame de París, la iglesia colegial de Orreaga o Roncesvalles es un magnífico ejemplo del gótico francés. Formas constructivas de gran pureza convierten este templo del siglo XIII en un encantador reino de la armonía. La nave central, donde destacan los coloridos rosetones laterales, cuenta con triforio, cabecera polígonal y bóveda de crucería simple apoyada sobre pilares cilíndricos. Preside el templo la estatua de la Virgen de Roncesvalles, una valiosa talla gótica de madera revestida de oro y piedras preciosas. El claustro, que en los inviernos más duros llega a ocultarse por completo bajo la nieve, es austero y silencioso. Desde él se accede a la sala capitular, una estancia del siglo XIV conocida también como capilla de San Agustín, en la que sorprende el colorido y el realismo de la enorme vidriera que representa la batalla de las Navas de Tolosa. A sus pies descansan los sepulcros de Sancho VII el Fuerte y su esposa, así como las cadenas que muestra el escudo de Navarra, traídas por el rey de la citada batalla.
Museo-biblioteca. El Ajedrez de Carlomagno, un relicario medieval organizado a modo de damero, es el principal motivo para visitar el pequeño museo de la colegiata. Cuenta la leyenda que perteneció al propio emperador. Las salas del piso inferior guardan otras muchas joyas artísticas, como tablas flamencas y libros de horas medievales. Escaleras arriba, en una planta cerrada al público, se encuentra la biblioteca de la colegiata. En ella se guardan más de 15.000 libros y manuscritos que permanecen sumidos en el más absoluto de los silencios. ¿Libros prohibidos? No, no es tan novelesco; simples medidas de conservación.
Casa Itzandegia. Este antiguo hospital de peregrinos del siglo XIII ha sido rehabilitado, manteniendo gran parte de la estructura original. Sus hermosas formas con arcos ligeramente apuntados sugieren que el gótico, aún poco atrevido, comenzaba a abrirse camino. Su interior alberga una exposición sobre Navarra y Roncesvalles. También acoge exposiciones temporales relacionadas con el Camino de Santiago y dispone de una tienda de productos artesanales. A escasa distancia se levanta la oficina de información, instalada en un viejo molino recuperado.
Alto de Ibañeta. El viento azota constantemente este puerto, paso obligado para los peregrinos que comienzan el Camino de Santiago al norte de los Pirineos. Antiguamente, se levantaba aquí un hospital de peregrinos, pero hoy sólo una ermita recuerda esta infraestructura que prestaba grandes servicios a los sufridos caminantes. El monumento a Roldán, junto al templo, es un homenaje al célebre héroe medieval que, según la leyenda, perdió la vida en estos parajes. Hasta aquí se acercan cada otoño cientos de estudiosos de las aves, que disfrutan en el observatorio de las migraciones del paso de miles de pájaros que vuelan hacia el sur en busca de inviernos benignos.
Peregrinos por un día. No todo es historia y arte en Roncesvalles, pues los hayedos y montañas que cobijan el santuario son ideales para el paseo. Nada mejor que emular a quienes comienzan aquí el Camino de Santiago. Una completa ruta circular parte tras la Posada para trepar por el bosque hasta el collado Lepoeder. No hay más que seguir las flechas amarillas que balizan la ruta jacobea, pero en dirección contraria, pues estamos retrocediendo hacia la muga con Francia. Enormes hayas centenarias nos acompañan en la ascensión; una sombra que se agradece en pleno verano. Una vez en lo alto del puerto, descendemos hasta Ibañeta por una variante bien señalizada. Las flechas nos guían después, sin pérdida posible, de vuelta a Roncesvalles. La caminata es algo exigente por el desnivel que hay que salvar, pero se recorre en poco más de dos horas.

Wroclaw

Wroclaw se encuentra en los márgenes del río Oder, es la cuarta ciudad más grande de Polonia, y además es un importante centro universitario y cultural.

En el casco histórico de Wroclaw (Breslavia o Breslau) puedes descubrir a pie la mayoría de sus atractivos.

Cuenta con una plaza Mayor del Mercado, de grande dimensiones, que es corazón de la ciudad, centro de reunión, paseos, turistas, y eventos culturales, a partir de cual puedes ir conociendo sus alrededores, con un sinfín de cafés, terrazas y restaurantes, junto con iglesias que destacan por el valor de sus obras y mobiliario del arte sacro.

Las casas que rodean la plaza de Mayor del Mercado van desde el Renacimiento hasta el siglo XX, aunque lo que más llamativo sea el arte gótico de los tejados, falladas, etc. No puedes perderte el Almacén Fhoenix, la casa del Perro de Caza de Oro, la casa de los Siete Electores, la casa del Sol Dorado, el Ayuntamiento, la catedral de Santa María Magdalena, la Universidad de Wroclaw, etc.

 

Wroclaw acoge en mayo el festival de Jazz en el Odray el Festival de la Canción.

 

Otro atractivo de esta ciudad son los más de 100 puentes sobre el río Odra, el más antiguo data de 1845 y comunica con la isla de Piasek. Pero sin duda el más conocido es el puente colgante Grunwaldzki, realizado en 1.889.

La isla de Piasek es digna de visitar, y una excusa para escapar del centro urbano, lo más interesante es la catedral de Piasek y el jardín botánico.

 

Cuenta con un pequeño aeropuerto (www.airport.wroclaw.pl), que opera con las principales ciudades de Europa, a 10 kilómetros del centro.